La dieta mediterránea se conoce por ser la más sana y beneficiosa del mundo. La verdad es que contiene un sinfín de propiedades nutricionales que le aportan a nuestro organismo todo lo necesario para su correcto funcionamiento.
Ha pasado de generación en generación durante siglos, convirtiéndose en una valiosa herencia cultural para las sociedades contemporáneas. Ha ido evolucionando y acogiendo nuevos alimentos, preparaciones y cocciones, pero ha ido conservando las propiedades y características que la convierten en la dieta más saludable de todas.
El alimento que identifica y representa a la dieta mediterránea por excelencia es el aceite de oliva. Es rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados que le otorgan propiedades reguladoras del sistema cardiovascular.
Otro grupo de alimentos que tiene un papel protagonista dentro de la dieta mediterránea, lo encontramos en las verduras, hortalizas, frutas, legumbres y frutos secos, que son su principal fuente de vitaminas, minerales y fibra. Ricas en antioxidantes, previenen enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
El tercer alimento de la lista son los cereales como la pasta o el arroz. Estos resultan indispensables por su composición rica en carbohidratos. Estos alimentos proporcionan a nuestro organismo la energía necesaria para realizar todas las actividades diarias que convengan.
Seguimos con la carne, que es la principal fuente de proteínas de alto valor biológico de la dieta mediterránea. Aparte, es una fuente de vitamina B12, hierro, potasio, fósforo y zinc. Por todo esto, se recomienda comerla entre 3 y 4 veces por semana como mínimo.
Terminaríamos con el pescado azul, como por ejemplo el atún, la caballa, la sardina o la anchoa. Gozan de unas propiedades parecidas a las verduras y contribuyen de forma directa a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Por todo lo mencionado anteriormente, la dieta mediterránea se ha ido popularizando a lo largo de los años, hasta convertirse en la base que utilizan un sinfín de cocineros de todo el mundo, para realizar lo que hoy en día se conoce como cocina de autor. El máximo exponente y defensor de la comida, los alimentos, los hábitos y la dieta mediterránea es Ferran Adrià, que durante la década de los 80 y los 90, elevó este tipo de cocina y sus productos al olimpo de la gastronomía mundial, en su conocido restaurante de Roses, el Bulli, tres veces nombrado mejor restaurante del mundo y considerado un templo gastronómico durante muchísimos años.
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